LA SOCIEDAD DEL RIESGO Y LAS
SEGURIDADES HUMANAS: LA VÍA DE MORÍN
LOS NUEVOS TEMAS DE LA SOCIOLOGÍA
CONTEMPORÁNEA
La sociedad actual se
ha convertido en una realidad compleja y multo dimensional;
Comprender los acontecimientos y procesos que vivimos no es una tarea fácil y
sin embargo, es algo urgente para quien ha de vivir en un mundo que cambia
constantemente a un ritmo cada vez más rápido; Nuestra sociedad se está
convirtiendo en un problema difícil de entender. La complejidad creciente de
las relaciones sociales da lugar a situaciones paradójicas que, cuando menos
suscitan perplejidad en ciertos tipos de ciudadanos. Las tensiones entre los
valores declarados y las prácticas cotidianas son patentes, la identidad
cultural de las diversas nacionalidades se intenta reafirmar a la vez que se
transforma inexorablemente, las pretensiones de igualdad social originan nuevas
desigualdades, el derecho a la diferencia amenaza con sumirnos en la
incomunicación en plena era de la globalización informativa.
Para orientarse en la
situación actual de las sociedades humanas contemporáneas, se prevé el
"Análisis de la sociedad" tratando de ofrecer las bases conceptuales
necesarias para hacerse cargo de sus problemas fundamentales tanto en el nivel
micro como en el macro social.
Podemos citar muchos
temas pero los principales siempre serían los siguientes:
LA FAMILIA.
El eje principal de
cualquier sociedad es la familia, según muchos estudios realizados el mejor
lugar para que un niño se pueda desarrollar es precisamente en esta, mamá y
papá juntos, unidos públicamente, aceptados por la sociedad como tales y
ligados por un fuerte lazo de amor, como símbolo de ejemplo, juntos en el
apoyo, concejo y enseñanza de sus hijos.
JÓVENES Y FAMILIA.
Los diferentes
problemas que presentan los jóvenes en la actualidad ya no son vistos con aquel
horror del pasado, aunque algunos causan asombro, ahora son mediamente
aceptados por la sociedad.
DIVORCIO.
Hogares separados,
padres e hijos divididos e enemistados, ausencia de amor y compromiso, es la característica
principal del divorcio, se estima que uno de cada dos matrimonios se separaran
en menos de tres años, muchos de ellos terminando en divorcio, el promedio de
convivencia es de 7 años.
DELINCUENCIA
La población juvenil,
está incursionando con más frecuencia en la delincuencia, encontrando,
asesinos, ladrones, contrabandistas y narcotraficantes, incluso explotadores
sexuales y jovencitas sumidas en la explotación, pero cuál es el problema
central de este fenómeno, acaso el origen de estos nuevos delincuentes yace en
el seno de estas familias descompuestas y no en la necesidad de la pobreza,
observamos que estos nuevos malhechores carecen de afecto y conciencia social,
algunos nunca han tenido la dirección de sus padres y han crecido en las calles
o con enseñanzas de malos amigos.
LA ECOLOGIA HUMANA.
La separación de la
Sociedad y la naturaleza, participa del viejo sueño de que los hombres podrían
llegar a controlar y dominar la naturaleza. Entendemos que la idea de separar
lo social de lo natural fue un paso previo, a los procesos de dominación y conquista
de la naturaleza. Pero al igual que resulta imposible separar la mente del
cuerpo, psique y soma, también lo es extraer la Sociedad de la
naturaleza, de la cual forma parte.
LA CONTAMINACIÓN DEL
AGUA.
El líquido más preciado
por la vida en este planeta, 22 de Marzo, Día Mundial del Agua, reconocido por
las Naciones Unidas, con el fin de hacer conciencia, sobre la crisis del agua
que afrontamos. En todo el mundo, 884 millones de personas carecen de acceso a
fuentes de agua potable mejoradas, casi todos se ven en los países en vías de
desarrollo.
La mayor parte del agua
dulce se va por las cañerías, las aguas servidas contaminan ríos y mares,
matando flora y fauna acuática, en los mares arrasa con los corales y pequeños
peces que tienen ahí su ecosistema, algunos países sufren de sequedad,esta
situación es más grave en países del África subsahariana y el sureste de Asia.
Debido al crecimiento de la población urbana, muchas de las grandes ciudades se
han visto obligadas a importar agua de cuencas cada vez más lejanas, ya que las
fuentes locales de aguas superficiales y subterráneas han dejado de satisfacer
la demanda ya sea por agotamiento o contaminación.
LA CONTAMINACIÓN DEL
AIRE.
La contaminación del
aire es mal que afecta día a día a nuestras sociedades, precisamente la
sociedad es responsables de tal daño, pues las grandes industrias,
los productos químicos, el uso de materias no renovables, la quema de gases, el
smoke y la tala de árboles o deforestación contribuyen para que el aire este en
deterioro, lo que genera muertes y enfermedades, de forma alarmante a edades
muy tempranas, el aire es asunto de todos, la sociedad debe demostrar más
conciencia, pues en beneficio de unos o de nuestros bolsillos no justificaría
el sacrificio a la naturaleza y su oxígeno en detrimento del planeta y seres
que lo habitamos, es por eso esencial, que busquemos nuevas alternativas de
energía, no contaminantes o de bajo impacto, debemos, incentivar la forestación
de nuestros parques y enseñar a los más jóvenes su importancia y legado que
heredaran si no hacemos nada por cuidar nuestro oxígeno y los árboles que lo
proveen.
LA POLÍTICA.
En la actualidad a
perdido mucho crédito, tanto a nivel regional como mundial, la política está
generando una gran debacle social, si bien es cierto, la política no tiene
aquella fórmula mágica para resolver todos los males, esta es fundamental para
el cambio y progreso de un país, la Sociología, mira con buenos ojos a la
política, su fin mismo es que la sociedad se supere mediante sus herramientas,
pero como lograr eso, esto sería un proceso largo y de mucha batalla, pues
primero se debería arraigar el fervor cívico y patriótico, reeducar a la
sociedad en especial a los jóvenes, cambiar ciertos modelos caducos y
fracasados, por modelos más incluyentes y de distribución de recursos, generar
una política de excelencia, con los mejores ciudadanos, gobernado por mandantes
probos e inteligentes, que obedezcan a la realidad de los pueblos y su
conciencia este orientada al desarrollo general de la nación y el mundo.
LA SOCIEDAD DEL RIESGO
La sociedad del riesgo o sociología de riesgo es la síntesis sociológica de un momento histórico del período moderno, en el cual éste pierde sus componentes centrales, provocando una serie de debates, reformulaciones y nuevas estrategias de dominación. Se trataría de una sociedad posindustrial, en el sentido en que las matrices básicas de la Modernidad y su misma correlación de fuerzas han cambiado sustancialmente.
La trata de personas constituye una evidencia de que aún existen violaciones a los derechos humanos que constituyen formas de esclavitud. Esta problemática afecta principalmente a mujeres, niñas, niños y adolescentes. Todos y cada uno de los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a que se respeten y cumplan sus derechos. Es responsabilidad del Estado, del conjunto de la sociedad y de las familias velar y lograr su efectivo cumplimiento y luchar contra el delito de la trata para su prevención, persecución y sanción. En este contexto la escuela se erige en uno de los pilares de un entorno protector para la niñez, en tanto informa y forma a los niños, niñas y adolescentes acerca de sus derechos y de sus posibles violaciones y riesgos, como por ejemplo las conductas criminales ligadas a la trata de personas. En este sentido, se pretende fortalecer el trabajo que la escuela viene realizando en relación a la participación activa de niños, niñas y adolescentes, de la comunidad y de las distintas instituciones en la búsqueda, construcción y consolidación de respuestas eficaces que garanticen la protección integral y plena de los derechos de cada niño, niña y adolescente. Este material abordará principalmente la trata con fines de explotación sexual comercial como nueva forma de esclavitud, ocasionalmente llamada “prostitución”, debido a que este delito se ha extendido de modo inquietante durante los últimos años en la región. Esta modalidad abarca casos de secuestros de niños, niñas y adolescentes para transformarlos en verdaderos esclavos, carentes de todos los derechos, en objetos en poder de otros que dirigen sus acciones y su vida misma. También existe otra modalidad de la trata, la trata laboral, que se ocupa de arrastrar a trabajadoras y trabajadores, a veces con sus hijos e hijas, para mantenerlos en cautiverio mientras son explotados en tareas agrícolas, en talleres que confeccionan ropas y en distintas ocupaciones.
LA TERCERA VÍA DE ANTHONY GIDDENS
Anthony Giddens nació en el
Reino Unido el 18 de enero de 1938. Es licenciado en Psicología y Sociología
por la Universidad de Hull (Inglaterra) y en la London School of Economics,
Instituto que dirigió desde 1997 hasta 2003.
Giddens es considerado el
teórico social más importante de su generación, ha contribuido en gran medida
al debate y la renovación de las ideas políticas y ha ejercido asimismo una
influencia decisiva en escritores y profesores de Teoría Social de todo el
mundo, fundamentalmente con su Teoría de la Estructuración, que consiste en
comprender la relación entre los individuos y las condiciones que los rodean.
En el marco del proceso de
transformación mundial abierto tras la caída del muro de Berlín y el derrumbe
del socialismo, Giddens propuso la renovación de la socialdemocracia en aras de
renovarla en el marco de la globalización y para responder a la ola
neoconservadora. La Tercera Vía, “es un intento por trascender tanto la
socialdemocracia a la antigua como el neoliberalismo.”
Su propuesta, removió los
cimientos del Partido Laborista británico y ha provocado el mayor debate
ideológico que ha conocido la izquierda europea desde la caída del muro de
Berlín, en 1989. La ideología socialdemócrata desarrollada en el libro: La
Tercera Vía ha sido fundamental para que el Partido Laborista permanezca en el
poder en Reino Unido.
Para Giddens, el desarrollo
de la Tercera Vía en la política moderna no es sólo una posibilidad sino una
necesidad, y representa le renovación de la socialdemocracia en un mundo en que
las ideas de la vieja izquierda han quedado obsoletas, mientras las de la nueva
derecha son inadecuadas y contradictorias. En consecuencia, afirma que es
necesario construir un Estado de Bienestar que ha de satisfacer criterios de
justicia social, pero también tiene que reconocer e incorporar una elección
activa de estilo de vida, integrarse en estrategias ecológicas y responder a
nuevos escenarios de riesgo.
Lejos de considerar que la
globalización ha conllevado el derrumbamiento del Estado-nación. Guiddens
afirma que los Estados continúan siendo más fuertes que las corporaciones u
otras organizaciones no gubernamentales. Las naciones controlan el acceso a la
ley, al territorio y a las fuerzas armadas.
Asimismo, este intelectual
propone la renovación de la sociedad civil, es decir, debe existir la
asociación de gobierno con la sociedad civil y renovación de la comunidad
mediante el aprovechamiento de la iniciativa local.
Además de La Tercera Vía,
Giddens es autor de más de doscientos artículos y críticas en diarios,
semanarios y periódicos profesionales. Asimismo, ha publicado más de una
treintena de libros, publicados en 29
idiomas, entre cuyos títulos se encuentran El Estado-Nación y la violencia
(1985), Teoría social y sociología moderna (1987), Consecuencias de la
modernidad (1990), Modernidad e identidad del yo, La transformación de la
intimidad (1992), Sociología, Más allá de la izquierda y la derecha (1994), En
defensa de la sociología (1996) y La tercera vía y sus críticos (2001). Su
último libro se titula: On the Edge.
Ha impartido clases en las
Universidades de Leicester y Cambridge, entre otras, y ha sido profesor
invitado en Boston, Harvard, Nueva York, Berkeley, Stanford (EE.UU.), British
Columbia (Canadá), Roma, Melbourne (Australia) y La Sorbona (Francia). Posee 13
doctorados Honoris Causa y ha sido distinguido con la orden de la cruz del Sur
de Brasil y la gran cruz de la Orden del Infante don Henrique de Portugal. En
2002 fue acreedor al Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.
¿Qué
es la tercera vía de Anthony GIDDENS?
No son pocos los que advierten que estamos ante una
situación inédita a escala global: hoy en día, entran en juego factores de
riesgo e incertidumbre a niveles nunca antes experimentados. Han confluido de
manera sumamente paradojal transformaciones económicado como un caso de manual
para la muerte lenta. Esto es particularmente grave, ya que han quedado en pie
tantos s, políticas y culturales. No estamos ante el fin de la historia, sino
ante un contexto sumamente revolucionario para motivar nuevos planteos.
Son aún más aquellos que insisten en que cabe
resarcirse de ello en pos de recuperar el papel de la política como condición
necesaria de la eficacia de la acción del Estado, para el desempeño de cierta
autonomía, que está siendo invadida y capturada por el interés privado. Todo
esto implica un redimensionamiento de la esfera pública, una apuesta colectiva
de confianza en la ciudadanía como protagonista, una democratización de la
democracia.
La Tercera Vía, como es obvio, deriva de tal contexto. Sus postulados fueron estudiados y debatidos con gran interés hace sólo algo más de dos años, sin embargo, actualmente parecen ser nada más que el recuerdo de una campaña política exitosa.
En su momento, estos postulados pretendían, en esencia, una respuesta global a un mundo global. Encarnada en las filas de la Socialdemocracia, y sin perjuicio de enarbolar los principios básicos de la economía capitalista, tras la crisis del Estado de Bienestar y el auge del Neoliberalismo a partir de los '80, la Tercera Vía inglesa se había propuesto armonizar las exigencias del mercado internacional con la resolución de los problemas sociales como prerrequisito básico del ejercicio efectivo de la ciudadanía.
La Tercera Vía, como es obvio, deriva de tal contexto. Sus postulados fueron estudiados y debatidos con gran interés hace sólo algo más de dos años, sin embargo, actualmente parecen ser nada más que el recuerdo de una campaña política exitosa.
En su momento, estos postulados pretendían, en esencia, una respuesta global a un mundo global. Encarnada en las filas de la Socialdemocracia, y sin perjuicio de enarbolar los principios básicos de la economía capitalista, tras la crisis del Estado de Bienestar y el auge del Neoliberalismo a partir de los '80, la Tercera Vía inglesa se había propuesto armonizar las exigencias del mercado internacional con la resolución de los problemas sociales como prerrequisito básico del ejercicio efectivo de la ciudadanía.
Empero, más allá de la teoría, el desafío –tan vigente
ayer como hoy- es cómo generar las condiciones requeridas para la participación
ciudadana, teniendo como fin último la profundización del proceso democrático
tanto horizontal como verticalmente.
Volviendo al punto, la Tercera Vía aparece como una respuesta a dos filosofías fracasadas: el neoliberalismo y la socialdemocracia.
Volviendo al punto, la Tercera Vía aparece como una respuesta a dos filosofías fracasadas: el neoliberalismo y la socialdemocracia.
El tema central, postulado por esta doctrina, es cómo
conciliar la política socialdemócrata en la época post-neoliberal, tomando como
ejes de análisis la quiebra del “consenso de bienestar” que predominó hasta
finales de los años setenta en los países industrializados, el descrédito
definitivo del marxismo y los profundos cambios sociales, económicos y
tecnológicos que contribuyeron a que esto ocurriera.
La Tercera Vía emerge de la realidad europea, valga
decir de los fenómenos interestatales desatados con la caída de la Unión
Soviética, lo cual hace necesario distinguir entre dos estadios de la
socialdemocracia, movimiento político europeo -perteneciente a la izquierda
reformista- que actuó como el indicador de las teorías de la mayoría de los
autores que se inscriben en esta doctrina.
Lo más importante a tener en cuenta sobre la
socialdemocracia clásica es que ésta promovía el Estado interventor, que tenía
la obligación de suministrar bienes públicos que los mercados no pueden dar
totalmente, regular la vida social y familiar, etc. Este Estado articulaba a la
búsqueda de la igualdad con estrategias de nivelación, que se instrumentaban de
muy diversas maneras, según el contexto que se trate. Los críticos de la
Tercera Vía señalan que bajo las filas de la socialdemocracia clásica, el
Estado de Bienestar no tenía una “actitud global” importante.
En el otro extremo, los rasgos más importantes que distinguen la perspectiva neoliberal son la hostilidad hacia el estado interventor, de gobierno extenso y centralizado, la creencia de que la pretendida superioridad del mercado ocupará los vacíos –considerados positivos- del estado de bienestar, y que la solidaridad social se autogenera en el seno de la sociedad civil, por lo tanto no debe ser impulsada por un agente externo a ella, como es el Estado. En consecuencia, los neoliberales se apoyaron en la premisa de que el Estado de Bienestar destruye el orden civil, mientras que el mercado no sólo lo fomenta, sino que librado a su propia dinámica, lo perfecciona continuamente. Respecto a la desigualdad, entre los modelos neoliberales -el tatcherismo en Inglaterra quizá haya sido el paradigmático- hay una posición clara: la indiferencia, y en el peor de los casos el respaldo, lo cual parece contrastar con el liberalismo clásico, en tanto que éste último no sólo considera la igualdad de oportunidades intrínsecamente buena, sino también necesaria en todo medio social.
Según el sociólogo A. Giddens, actualmente hay tres grandes cambios que están transformando nuestro mundo:
En el otro extremo, los rasgos más importantes que distinguen la perspectiva neoliberal son la hostilidad hacia el estado interventor, de gobierno extenso y centralizado, la creencia de que la pretendida superioridad del mercado ocupará los vacíos –considerados positivos- del estado de bienestar, y que la solidaridad social se autogenera en el seno de la sociedad civil, por lo tanto no debe ser impulsada por un agente externo a ella, como es el Estado. En consecuencia, los neoliberales se apoyaron en la premisa de que el Estado de Bienestar destruye el orden civil, mientras que el mercado no sólo lo fomenta, sino que librado a su propia dinámica, lo perfecciona continuamente. Respecto a la desigualdad, entre los modelos neoliberales -el tatcherismo en Inglaterra quizá haya sido el paradigmático- hay una posición clara: la indiferencia, y en el peor de los casos el respaldo, lo cual parece contrastar con el liberalismo clásico, en tanto que éste último no sólo considera la igualdad de oportunidades intrínsecamente buena, sino también necesaria en todo medio social.
Según el sociólogo A. Giddens, actualmente hay tres grandes cambios que están transformando nuestro mundo:
El primero es el impacto de la globalización, acerca
de lo cual puede hablarse de la dimensión económica y la financiera. En
general, la primera es sólo la continuación de tendencias que llevan mucho
tiempo como lo es la regionalización del comercio, pero la dimensión financiera
presenta características totalmente nuevas a causa de la revolución de las
comunicaciones y la extensión de la tecnología informática.
Es así que la globalización aparece ligada, por un
lado, a esta transformación histórica del capitalismo donde predomina una forma
específica de capital: el financiero, caracterizado por la velocidad y la
imparcialidad de los flujos; y por otro, a la crisis del modelo reformista
encarnado tanto por las políticas socialdemócratas como por el Estado
Benefactor.
Cabe advertir que cuando se habla de desreglamentación como rasgo de la integración entre países en esta era globalizada, no sólo se está hablando de un proceso económico, sino de una redefinición de las formas de organización social, redefinición por la cual se organizan las relaciones sociales entre los ciudadanos, cuya trama, está siendo atravesada simultáneamente por una tendencia a la unificación y a la exclusión.
Cabe advertir que cuando se habla de desreglamentación como rasgo de la integración entre países en esta era globalizada, no sólo se está hablando de un proceso económico, sino de una redefinición de las formas de organización social, redefinición por la cual se organizan las relaciones sociales entre los ciudadanos, cuya trama, está siendo atravesada simultáneamente por una tendencia a la unificación y a la exclusión.
También puede hablarse de una globalización política ,
en este caso se hace referencia principalmente a la corrosión y redefinición de
los espacios sociales y políticos, especialmente por la conjunción del fenómeno
del auge tecnocrático con el auge del mercado. Las instancias decisorias se han
transnacionalizado y concentrado en el mercado en proporciones inauditas, a la
vez que la política se ha reducido a meras decisiones técnicas, muchas veces
apartada de criterios de cohesión social, solidaridad y participación ciudadana.
De todos modos, puede sugerirse que la globalización
coexiste con espacios nacionales en los cuales se realizan la mayor parte de
las transacciones económicas, y donde convergen la mayor parte de las demandas
sociales y políticas, por lo cual el desarrollo sigue siendo un proceso de
transformación donde interactúan el Estado y la sociedad civil.
El segundo gran cambio es la emergencia de la economía
sin peso global o desmaterializada. Es un dato interesante que el volumen total
de bienes físicos comercializados en el mundo de hoy no ha aumentado, aunque
sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con lo que ha dado en llamarse actualmente
el valor de la economía global. En gran medida tal fenómeno resulta del
intercambio y comercialización de información, sobre lo cual debe recalcarse
distintas -aunque conexas- situaciones: por un lado, la velocidad e
imprevisibilidad de los flujos económico-financieros, los cuales no sólo están
implicando el redimensionamiento de las capacidades de regulación de los Estados
en diferentes escalas, sino que también ha creado las condiciones suficientes
como para pensar que la calidad ciudadana en el mundo de hoy, depende
directamente de la toma de conciencia de que la dinámica fenomenológica
esbozada anteriormente, implica la necesidad de estar informado como una de las
primeras condiciones de la adecuación ciudadano - contexto, por lo cual el
replanteo de las reales posibilidades de acceso a la información viene a ser,
en la época actual, uno de los principios legitimadores de la inclusión social
de mayor importancia.
Por otra parte, la economía sin peso ha destruido a la
antigua clase trabajadora y ha generado el declive de la industria
manufacturera producto del impacto de la tecnología de la información en los
procesos de producción.
El tercer gran cambio es la influencia decreciente de
la tradición, las costumbres y los hábitos en nuestras vidas. Este fenómeno es
explicado como el dilema del individualismo, sobre lo cual se arguye que un
componente esencial de la socialdemocracia clásica fue la solidaridad social y
el colectivismo. Según Giddens, a partir de los años sesenta este componente se
ha venido abajo, pues las sociedades se han vuelto más pluralistas
culturalmente, dando como resultado una proliferación de diversos estilos de
vida.
El mismo autor propone un nuevo individualismo,
llamado “institucionalizado” que se asocia a la búsqueda de nuevos medios de
conseguir la solidaridad social, dado que actualmente “la cohesión social no
puede garantizarse mediante la acción vertical del Estado ni mediante el apego
a la tradición”, estos medios están relacionados con el equilibrio, postulado
desde la Tercera Vía, entre responsabilidades individuales y colectivas.
LA VÍA DE EDGAR
MORÍN
Llevado
por el deseo de encontrar caminos para salir de esta crisis, he leído La Vía. Para el futuro de la
humanidad de Edgar Morin. Buscaba soluciones que no fueran meros parches.
Creía que la crisis no es solamente económica, sino de ámbito mucho más amplio,
una crisis de valores que exige reformas más profundas y generalizadas. Y he
encontrado en este ensayo de Edgar Morin -a
pesar de algunos planteamientos discutibles- una clarividente guía de hacia dónde debemos
encaminar nuestro futuro.
El libro está plagado de frases certeras y contundentes
que en más de una ocasión me han hecho pensar “eso es lo que quería decir yo”. He aquí una
pequeña muestra a modo de aperitivo:
“La clase política se contenta con informes
de expertos, estadísticas y sondeos. Ya no tiene un pensamiento. Ya no tiene
cultura [...] Ignora las ciencias humanas. Ignora los métodos que serían aptos
para concebir y tratar la complejidad del mundo…” (pág 44).
Pero el ensayo
es mucho más que esto.
EL DIAGNÓSTICO
Comienza con una introducción general en que Morin señala
el objetivo del libro y hace un primer diagnóstico de la situación. Compara el devenir de
nuestro planeta con una nave movida por cuatro motores incontrolados: ciencia,
técnica, economía y afán de lucro. Por esto, la nave tendría una altísima
probabilidad de sufrir catástrofes. De ahí que el objetivo del libro sea enunciar la vía que puede salvar a la
humanidad. Porque ya no sería suficiente condenunciar o indignarse.
En su lúcido diagnóstico, Morin habla de “policrisis”.
Evidentemente, hay crisis económica, debido a la ausencia de verdaderos
dispositivos de regulación y a la especulación del capitalismo financiero más
que al endeudamiento de la población. Hay crisis de crecimiento, pues en
nuestro mundo finito no es posible un crecimiento exponencial: “La idea fija de crecimiento
debería sustituirse por un concepto complejo que comportase crecimientos,
decrecimientos y estabilizaciones diversas” (pág. 25). Hay crisis
ecológica, por la degradación creciente de la biosfera. Menciona también Morin
la crisis de civilización occidental, con su intoxicación consumista, la
sobrecarga de actividades, el malestar psíquico y moral, las desigualdades, el
individualismo… Y, por supuesto, hay una crisis política generalizada; en
primer lugar, por la inexistencia de autoridades legítimas dotadas de poder de
decisón a nivel mundial, algo imprescindible para tratar los problemas globales
de nuestra nave espacial Tierra; y después, por la incapacidad de la política
de controlar la economía.
LAS REFORMAS
Tras esta introducción, Morin pasa a analizar los
aspectos más problemáticos de la realidad y propone, para cada uno, una lista de reformas.
En ocasiones concreta con detalle esas propuestas reformistas y otras veces
apunta nada más el camino que deberíamos transitar. He aquí un intento de
nombrar lo más significativo.
Insiste en
ideas como la comunidad de destino de la Humanidad, que nos llevaría al
concepto de Tierra-Patria, a ser ciudadanos del mundo sin tener que renunciar
-explica Morin- a las patrias particulares, pero con instituciones
supranacionales dotadas de poderes efectivos para prevenir guerras, para
establecer normas ecológicas y económicas, para luchar contra las
desigualdades, para regular los flujos migratorios… Insiste también en que en
nuestra civilización restauremos las redes de asistencia y solidaridad
perdidas, tan presentes en sociedades del Sur, porque el Estado del Bienestar
es indispensable pero no suficiente. Defiende la simbiosis entre lo mejor de la
civilización occidental y las aportaciones extremadamente ricas de las demás
civilizaciones. Defiende una política ecológica basada en las energías
renovables, en tansportes menos contaminantes; peatonalización de las ciudades,
desarrollo de las agriculturas tradicionales y biológicas. Trata del problema
del agua, de la necesidad de asegurar su calidad y el abastecimiento, para lo
cual propone el control público de la misma y convertirla en derecho humano. En
economía, propugna que el pensamiento político abandone el economicismo actual,
y con él la idea del crecimiento sostenible, y propone hasta diecisiete
reformas: medidas de regulación, fomento de economías de proximidad, desarrollo
de mutuas y cooperativas, microcréditos, comercio justo, bancos solidarios;
reforma de la empresa, en las relaciones entre las personas que la componen y
por la introducción de la dimensión ética en su quehacer diario… También
explica cómo disminuir las desigualdades Norte-Sur, qué tenemos que tener en
cuenta para intervenir en el Sur o, mejor dicho, intercambiar con ellos. Habla
hasta de Medicina. Alaba los grandes avances de la medicina occidental, pero
critica que relegue a las otras, que hagamos poco caso a las causas psíquicas
de las enfermedades y, sobre todo, la hiperespecialización: es el médico
generalista el que tendría que estar en la cúspide para tratar a la persona en
su contexto, no a un determinado órgano. Propone la utilización de genéricos
contra los precios prohibitivos, descentralización, fomento de la
hospitalización a domicilio y, en general, una mayor humanización de la
Medicina.
Dedica bastante espacio a analizar la agricultura y el
mundo rural. Constata el éxodo hacia las ciudades y las desigualdades que ello
produce -todo provocado por planes del FMI y el Banco Mundial. Denuncia la
posible desaparición de la mitad rural de la humanidad y de sus saberes.
Preconiza invertir hacia el campo los flujos migratorios con políticas de
revitalización del mundo rural. Se muestra contrario a la agricultura
industrializada por la cantidad de problemas que genera, entre ellos el del
agua, así como al neocolonialismo agrario y a los biocarburantes. Defiende la
regulación del mercado, el apoyo a los precios, las técnicas agrícolas
ecológicamente eficientes, la propiedad comunitaria de la tierra, un menor
consumo de carne, protecciones arancelarias para la soberanía alimentaria. En
conclusión, “es posible
reinventar una agricultura que garantice la calidad del agua, preserve la
biodiversidad, combata la erosión y alimente el planeta en cantidad y en
calidad a la vez” (pág.
215).
Y otras muchas
ideas más, de diversos ámbitos: no renunciar a los “momentos de fiesta”,
instaurar certificados de garantía de productos libres de toda explotación,
aranceles para los países “esclavistas”, control sobre las multinacionales,
fomento del comercio de proximidad…
Edgar Morin
Pero, para Morin, las reformas tienen que ir aún más
allá. Habla también de reforma del pensamiento: “Nuestro modo de conocimiento no
ha desarrollado suficientemente la aptitud para contextualizar la información e
interpretarla en un conjunto que le dé sentido” (pág. 141); el hecho de que existan la
alienación en el trabajo, el deterioro de la biosfera, las armas de destrucción
masiva… sería la prueba de que no hemos construido un mundo racional y de que
es necesaria una reforma del pensamiento. Junto a ello, sería imprescindible
una reforma de la educación: “La enseñanza que parte de
disciplinas separadas en lugar de alimentarse de ellas para tratar los grandes
problemas mata la curiosidad natural de todas las conciencias juveniles” (pág. 148). Morin enseñaría “Ecología
de la acción”, “Introducción a los problemas vitales”, “Iniciación a la
contextualización”… Educaría para la era planetaria.
Y, para rematar su pirámide de reformas, Morin recalca
que en su cúspide han de estar las“reformas de vida”,
la columna sobre la que convergen las demás reformas en las civilizaciones
occidentales. Está claro que el bienestar material no ha traído de por sí la “buena vida”,
porque el verdadero bienestar no es posesión. Así pues, indicadores como el PIB
no valen para medir el Bienestar. Tampoco el IDH, porque diplomas y ausencia de
enfermedades son compatibles con el malestar. En definitiva, apela a que todos
redefinamos nuestras verdaderas necesidades. Se trataría de
conquistar un arte de vivir que nos llevara en la medida de lo posible a la paz
interior, a la plenitud. Morin habla de regenerar nuestra relación con el
cosmos, con la naturaleza, del necesario sentimiento de pertenencia a la Tierra-Patria,
y también de compasión, fraternidad, perdón, amor, amistad, juego, sentido
estético…
Reforma de vida, ética, de pensamiento, de educación,
reformas de civilización y de políticas de la Humanidad. Todas son
interdependientes, “sus progresos les permitirían dinamizarse mutuamente” , hasta regenerar el mundo
humano. Nunca se habla en el libro de la necesidad de una revolución traumática
o violenta para poner en marcha todo esto. Morin utiliza siempre palabras como
“reforma” y “regeneración”, habla de lograr no la revolución, sino la metamorfosis.
Afirma que “todo ha empezado a transformarse ya sin que nos hayamos dado cuenta.
Hay millones de iniciativas que florecen en todas las partes del mundo”. Debemos trabajar
-continúa- para relacionarlas y unirlas. Tampoco habla de utopía, la rechaza,
hay que partir de un compromiso con la realidad para modificarla. Nos pide
ánimo para luchar contra las dificultades, que provendrían de “estructuras institucionales y
mentales esclerosadas” y
de “enormes intereses económicos”. Y a pesar de que estas
ideas no están inscritas aún en una gran pensamiento político de estructura
planetaria, nos da otra pista de por dónde podemos continuar: “El talón de Aquiles del capitalismo, en una sociedad de consumo, es la
conciencia y la organización de los consumidores”, por lo que podríamos crear
“una fuerza política”, “asociaciones” o “ligas de consumidores”, que, con el
arma del boicot a las compras, avanzara hacia la Vía.