jueves, 6 de febrero de 2014

La sociedad del riesgo y las seguridades humanas: La vía de Morín

LA SOCIEDAD DEL RIESGO Y LAS SEGURIDADES HUMANAS: LA  VÍA DE MORÍN

LOS NUEVOS TEMAS DE LA SOCIOLOGÍA CONTEMPORÁNEA

La sociedad actual se ha convertido en una realidad compleja y multo dimensional; Comprender los acontecimientos y procesos que vivimos no es una tarea fácil y sin embargo, es algo urgente para quien ha de vivir en un mundo que cambia constantemente a un ritmo cada vez más rápido; Nuestra sociedad se está convirtiendo en un problema difícil de entender. La complejidad creciente de las relaciones sociales da lugar a situaciones paradójicas que, cuando menos suscitan perplejidad en ciertos tipos de ciudadanos. Las tensiones entre los valores declarados y las prácticas cotidianas son patentes, la identidad cultural de las diversas nacionalidades se intenta reafirmar a la vez que se transforma inexorablemente, las pretensiones de igualdad social originan nuevas desigualdades, el derecho a la diferencia amenaza con sumirnos en la incomunicación en plena era de la globalización informativa.
Para orientarse en la situación actual de las sociedades humanas contemporáneas, se prevé el "Análisis de la sociedad" tratando de ofrecer las bases conceptuales necesarias para hacerse cargo de sus problemas fundamentales tanto en el nivel micro como en el macro social.

Podemos citar muchos temas pero los principales siempre serían los siguientes:

LA FAMILIA.

El eje principal de cualquier sociedad es la familia, según muchos estudios realizados el mejor lugar para que un niño se pueda desarrollar es precisamente en esta, mamá y papá juntos, unidos públicamente, aceptados por la sociedad como tales y ligados por un fuerte lazo de amor, como símbolo de ejemplo, juntos en el apoyo, concejo y enseñanza de sus hijos.

JÓVENES Y FAMILIA.

Los diferentes problemas que presentan los jóvenes en la actualidad ya no son vistos con aquel horror del pasado, aunque algunos causan asombro, ahora son mediamente aceptados por la sociedad.

DIVORCIO.

Hogares separados, padres e hijos divididos e enemistados, ausencia de amor y compromiso, es la característica principal del divorcio, se estima que uno de cada dos matrimonios se separaran en menos de tres años, muchos de ellos terminando en divorcio, el promedio de convivencia es de 7 años.

DELINCUENCIA

La población juvenil, está incursionando con más frecuencia en la delincuencia, encontrando, asesinos, ladrones, contrabandistas y narcotraficantes, incluso explotadores sexuales y jovencitas sumidas en la explotación, pero cuál es el problema central de este fenómeno, acaso el origen de estos nuevos delincuentes yace en el seno de estas familias descompuestas y no en la necesidad de la pobreza, observamos que estos nuevos malhechores carecen de afecto y conciencia social, algunos nunca han tenido la dirección de sus padres y han crecido en las calles o con enseñanzas de malos amigos.


LA ECOLOGIA HUMANA.

La separación de la Sociedad y la naturaleza, participa del viejo sueño de que los hombres podrían llegar a controlar y dominar la naturaleza. Entendemos que la idea de separar lo social de lo natural fue un paso previo, a los procesos de dominación y conquista de la naturaleza. Pero al igual que resulta imposible separar la mente del cuerpo, psique y soma, también lo es extraer la Sociedad de la naturaleza, de la cual forma parte.

LA CONTAMINACIÓN DEL AGUA.

El líquido más preciado por la vida en este planeta, 22 de Marzo, Día Mundial del Agua, reconocido por las Naciones Unidas, con el fin de hacer conciencia, sobre la crisis del agua que afrontamos. En todo el mundo, 884 millones de personas carecen de acceso a fuentes de agua potable mejoradas, casi todos se ven en los países en vías de desarrollo.
La mayor parte del agua dulce se va por las cañerías, las aguas servidas contaminan ríos y mares, matando flora y fauna acuática, en los mares arrasa con los corales y pequeños peces que tienen ahí su ecosistema, algunos países sufren de sequedad,esta situación es más grave en países del África subsahariana y el sureste de Asia. Debido al crecimiento de la población urbana, muchas de las grandes ciudades se han visto obligadas a importar agua de cuencas cada vez más lejanas, ya que las fuentes locales de aguas superficiales y subterráneas han dejado de satisfacer la demanda ya sea por agotamiento o contaminación.

LA CONTAMINACIÓN DEL AIRE.

La contaminación del aire es mal que afecta día a día a nuestras sociedades, precisamente la sociedad  es responsables de tal daño, pues las grandes industrias, los productos químicos, el uso de materias no renovables, la quema de gases, el smoke y la tala de árboles o deforestación contribuyen para que el aire este en deterioro, lo que genera muertes y enfermedades, de forma alarmante a edades muy tempranas, el aire es asunto de todos, la sociedad debe demostrar más conciencia, pues en beneficio de unos o de nuestros bolsillos no justificaría el sacrificio a la naturaleza y su oxígeno en detrimento del planeta y seres que lo habitamos, es por eso esencial, que busquemos nuevas alternativas de energía, no contaminantes o de bajo impacto, debemos, incentivar la forestación de nuestros parques y enseñar a los más jóvenes su importancia y legado que heredaran si no hacemos nada por cuidar nuestro oxígeno y los árboles que lo proveen.

LA POLÍTICA.

En la actualidad a perdido mucho crédito, tanto a nivel regional como mundial, la política está generando una gran debacle social, si bien es cierto, la política no tiene aquella fórmula mágica para resolver todos los males, esta es fundamental para el cambio y progreso de un país, la Sociología, mira con buenos ojos a la política, su fin mismo es que la sociedad se supere mediante sus herramientas, pero como lograr eso, esto sería un proceso largo y de mucha batalla, pues primero se debería arraigar el fervor cívico y patriótico, reeducar a la sociedad en especial a los jóvenes, cambiar ciertos modelos caducos y fracasados, por modelos más incluyentes y de distribución de recursos, generar una política de excelencia, con los mejores ciudadanos, gobernado por mandantes probos e inteligentes, que obedezcan a la realidad de los pueblos y su conciencia este orientada al desarrollo general de la nación y el mundo.
LA SOCIEDAD DEL RIESGO
La sociedad del riesgo o sociología de riesgo es la síntesis sociológica de un momento histórico del período moderno, en el cual éste pierde sus componentes centrales, provocando una serie de debates, reformulaciones y nuevas estrategias de dominación. Se trataría de una sociedad posindustrial, en el sentido en que las matrices básicas de la Modernidad y su misma correlación de fuerzas han cambiado sustancialmente.
La trata de personas constituye una evidencia de que aún existen violaciones a los derechos humanos que constituyen formas de esclavitud. Esta problemática afecta principalmente a mujeres, niñas, niños y adolescentes. Todos y cada uno de los niños, niñas y adolescentes tienen derecho a que se respeten y cumplan sus derechos. Es responsabilidad del Estado, del conjunto de la sociedad y de las familias velar y lograr su efectivo cumplimiento y luchar contra el delito de la trata para su prevención, persecución y sanción. En este contexto la escuela se erige en uno de los pilares de un entorno protector para la niñez, en tanto informa y forma a los niños, niñas y adolescentes acerca de sus derechos y de sus posibles violaciones y riesgos, como por ejemplo las conductas criminales ligadas a la trata de personas. En este sentido, se pretende fortalecer el trabajo que la escuela viene realizando en relación a la participación activa de niños, niñas y adolescentes, de la comunidad y de las distintas instituciones en la búsqueda, construcción y consolidación de respuestas eficaces que garanticen la protección integral y plena de los derechos de cada niño, niña y adolescente. Este material abordará principalmente la trata con fines de explotación sexual comercial como nueva forma de esclavitud, ocasionalmente llamada “prostitución”, debido a que este delito se ha extendido de modo inquietante durante los últimos años en la región. Esta modalidad abarca casos de secuestros de niños, niñas y adolescentes para transformarlos en verdaderos esclavos, carentes de todos los derechos, en objetos en poder de otros que dirigen sus acciones y su vida misma. También existe otra modalidad de la trata, la trata laboral, que se ocupa de arrastrar a trabajadoras y trabajadores, a veces con sus hijos e hijas, para mantenerlos en cautiverio mientras son explotados en tareas agrícolas, en talleres que confeccionan ropas y en distintas ocupaciones.
LA TERCERA VÍA DE ANTHONY GIDDENS
Anthony Giddens nació en el Reino Unido el 18 de enero de 1938. Es licenciado en Psicología y Sociología por la Universidad de Hull (Inglaterra) y en la London School of Economics, Instituto que dirigió desde 1997 hasta 2003.
Giddens es considerado el teórico social más importante de su generación, ha contribuido en gran medida al debate y la renovación de las ideas políticas y ha ejercido asimismo una influencia decisiva en escritores y profesores de Teoría Social de todo el mundo, fundamentalmente con su Teoría de la Estructuración, que consiste en comprender la relación entre los individuos y las condiciones que los rodean.
En el marco del proceso de transformación mundial abierto tras la caída del muro de Berlín y el derrumbe del socialismo, Giddens propuso la renovación de la socialdemocracia en aras de renovarla en el marco de la globalización y para responder a la ola neoconservadora. La Tercera Vía, “es un intento por trascender tanto la socialdemocracia a la antigua como el neoliberalismo.”
Su propuesta, removió los cimientos del Partido Laborista británico y ha provocado el mayor debate ideológico que ha conocido la izquierda europea desde la caída del muro de Berlín, en 1989. La ideología socialdemócrata desarrollada en el libro: La Tercera Vía ha sido fundamental para que el Partido Laborista permanezca en el poder en Reino Unido.
Para Giddens, el desarrollo de la Tercera Vía en la política moderna no es sólo una posibilidad sino una necesidad, y representa le renovación de la socialdemocracia en un mundo en que las ideas de la vieja izquierda han quedado obsoletas, mientras las de la nueva derecha son inadecuadas y contradictorias. En consecuencia, afirma que es necesario construir un Estado de Bienestar que ha de satisfacer criterios de justicia social, pero también tiene que reconocer e incorporar una elección activa de estilo de vida, integrarse en estrategias ecológicas y responder a nuevos escenarios de riesgo.
Lejos de considerar que la globalización ha conllevado el derrumbamiento del Estado-nación. Guiddens afirma que los Estados continúan siendo más fuertes que las corporaciones u otras organizaciones no gubernamentales. Las naciones controlan el acceso a la ley, al territorio y a las fuerzas armadas.
Asimismo, este intelectual propone la renovación de la sociedad civil, es decir, debe existir la asociación de gobierno con la sociedad civil y renovación de la comunidad mediante el aprovechamiento de la iniciativa local.
Además de La Tercera Vía, Giddens es autor de más de doscientos artículos y críticas en diarios, semanarios y periódicos profesionales. Asimismo, ha publicado más de una treintena de libros, publicados en  29 idiomas, entre cuyos títulos se encuentran El Estado-Nación y la violencia (1985), Teoría social y sociología moderna (1987), Consecuencias de la modernidad (1990), Modernidad e identidad del yo, La transformación de la intimidad (1992), Sociología, Más allá de la izquierda y la derecha (1994), En defensa de la sociología (1996) y La tercera vía y sus críticos (2001). Su último libro se titula: On the Edge.
Ha impartido clases en las Universidades de Leicester y Cambridge, entre otras, y ha sido profesor invitado en Boston, Harvard, Nueva York, Berkeley, Stanford (EE.UU.), British Columbia (Canadá), Roma, Melbourne (Australia) y La Sorbona (Francia). Posee 13 doctorados Honoris Causa y ha sido distinguido con la orden de la cruz del Sur de Brasil y la gran cruz de la Orden del Infante don Henrique de Portugal. En 2002 fue acreedor al Premio Príncipe de Asturias de Ciencias Sociales.

¿Qué es la tercera vía de Anthony GIDDENS?

No son pocos los que advierten que estamos ante una situación inédita a escala global: hoy en día, entran en juego factores de riesgo e incertidumbre a niveles nunca antes experimentados. Han confluido de manera sumamente paradojal transformaciones económicado como un caso de manual para la muerte lenta. Esto es particularmente grave, ya que han quedado en pie tantos s, políticas y culturales. No estamos ante el fin de la historia, sino ante un contexto sumamente revolucionario para motivar nuevos planteos.
Son aún más aquellos que insisten en que cabe resarcirse de ello en pos de recuperar el papel de la política como condición necesaria de la eficacia de la acción del Estado, para el desempeño de cierta autonomía, que está siendo invadida y capturada por el interés privado. Todo esto implica un redimensionamiento de la esfera pública, una apuesta colectiva de confianza en la ciudadanía como protagonista, una democratización de la democracia.

La Tercera Vía, como es obvio, deriva de tal contexto. Sus postulados fueron estudiados y debatidos con gran interés hace sólo algo más de dos años, sin embargo, actualmente parecen ser nada más que el recuerdo de una campaña política exitosa.

En su momento, estos postulados pretendían, en esencia, una respuesta global a un mundo global. Encarnada en las filas de la Socialdemocracia, y sin perjuicio de enarbolar los principios básicos de la economía capitalista, tras la crisis del Estado de Bienestar y el auge del Neoliberalismo a partir de los '80, la Tercera Vía inglesa se había propuesto armonizar las exigencias del mercado internacional con la resolución de los problemas sociales como prerrequisito básico del ejercicio efectivo de la ciudadanía.
Empero, más allá de la teoría, el desafío –tan vigente ayer como hoy- es cómo generar las condiciones requeridas para la participación ciudadana, teniendo como fin último la profundización del proceso democrático tanto horizontal como verticalmente.

Volviendo al punto, la Tercera Vía aparece como una respuesta a dos filosofías fracasadas: el neoliberalismo y la socialdemocracia.
El tema central, postulado por esta doctrina, es cómo conciliar la política socialdemócrata en la época post-neoliberal, tomando como ejes de análisis la quiebra del “consenso de bienestar” que predominó hasta finales de los años setenta en los países industrializados, el descrédito definitivo del marxismo y los profundos cambios sociales, económicos y tecnológicos que contribuyeron a que esto ocurriera.
La Tercera Vía emerge de la realidad europea, valga decir de los fenómenos interestatales desatados con la caída de la Unión Soviética, lo cual hace necesario distinguir entre dos estadios de la socialdemocracia, movimiento político europeo -perteneciente a la izquierda reformista- que actuó como el indicador de las teorías de la mayoría de los autores que se inscriben en esta doctrina.
Lo más importante a tener en cuenta sobre la socialdemocracia clásica es que ésta promovía el Estado interventor, que tenía la obligación de suministrar bienes públicos que los mercados no pueden dar totalmente, regular la vida social y familiar, etc. Este Estado articulaba a la búsqueda de la igualdad con estrategias de nivelación, que se instrumentaban de muy diversas maneras, según el contexto que se trate. Los críticos de la Tercera Vía señalan que bajo las filas de la socialdemocracia clásica, el Estado de Bienestar no tenía una “actitud global” importante.
En el otro extremo, los rasgos más importantes que distinguen la perspectiva neoliberal son la hostilidad hacia el estado interventor, de gobierno extenso y centralizado, la creencia de que la pretendida superioridad del mercado ocupará los vacíos –considerados positivos- del estado de bienestar, y que la solidaridad social se autogenera en el seno de la sociedad civil, por lo tanto no debe ser impulsada por un agente externo a ella, como es el Estado. En consecuencia, los neoliberales se apoyaron en la premisa de que el Estado de Bienestar destruye el orden civil, mientras que el mercado no sólo lo fomenta, sino que librado a su propia dinámica, lo perfecciona continuamente. Respecto a la desigualdad, entre los modelos neoliberales -el tatcherismo en Inglaterra quizá haya sido el paradigmático- hay una posición clara: la indiferencia, y en el peor de los casos el respaldo, lo cual parece contrastar con el liberalismo clásico, en tanto que éste último no sólo considera la igualdad de oportunidades intrínsecamente buena, sino también necesaria en todo medio social.

Según el sociólogo A. Giddens, actualmente hay tres grandes cambios que están transformando nuestro mundo:
El primero es el impacto de la globalización, acerca de lo cual puede hablarse de la dimensión económica y la financiera. En general, la primera es sólo la continuación de tendencias que llevan mucho tiempo como lo es la regionalización del comercio, pero la dimensión financiera presenta características totalmente nuevas a causa de la revolución de las comunicaciones y la extensión de la tecnología informática. 
Es así que la globalización aparece ligada, por un lado, a esta transformación histórica del capitalismo donde predomina una forma específica de capital: el financiero, caracterizado por la velocidad y la imparcialidad de los flujos; y por otro, a la crisis del modelo reformista encarnado tanto por las políticas socialdemócratas como por el Estado Benefactor.

Cabe advertir que cuando se habla de desreglamentación como rasgo de la integración entre países en esta era globalizada, no sólo se está hablando de un proceso económico, sino de una redefinición de las formas de organización social, redefinición por la cual se organizan las relaciones sociales entre los ciudadanos, cuya trama, está siendo atravesada simultáneamente por una tendencia a la unificación y a la exclusión. 
También puede hablarse de una globalización política , en este caso se hace referencia principalmente a la corrosión y redefinición de los espacios sociales y políticos, especialmente por la conjunción del fenómeno del auge tecnocrático con el auge del mercado. Las instancias decisorias se han transnacionalizado y concentrado en el mercado en proporciones inauditas, a la vez que la política se ha reducido a meras decisiones técnicas, muchas veces apartada de criterios de cohesión social, solidaridad y participación ciudadana. 
De todos modos, puede sugerirse que la globalización coexiste con espacios nacionales en los cuales se realizan la mayor parte de las transacciones económicas, y donde convergen la mayor parte de las demandas sociales y políticas, por lo cual el desarrollo sigue siendo un proceso de transformación donde interactúan el Estado y la sociedad civil.
El segundo gran cambio es la emergencia de la economía sin peso global o desmaterializada. Es un dato interesante que el volumen total de bienes físicos comercializados en el mundo de hoy no ha aumentado, aunque sin embargo, no ha ocurrido lo mismo con lo que ha dado en llamarse actualmente el valor de la economía global. En gran medida tal fenómeno resulta del intercambio y comercialización de información, sobre lo cual debe recalcarse distintas -aunque conexas- situaciones: por un lado, la velocidad e imprevisibilidad de los flujos económico-financieros, los cuales no sólo están implicando el redimensionamiento de las capacidades de regulación de los Estados en diferentes escalas, sino que también ha creado las condiciones suficientes como para pensar que la calidad ciudadana en el mundo de hoy, depende directamente de la toma de conciencia de que la dinámica fenomenológica esbozada anteriormente, implica la necesidad de estar informado como una de las primeras condiciones de la adecuación ciudadano - contexto, por lo cual el replanteo de las reales posibilidades de acceso a la información viene a ser, en la época actual, uno de los principios legitimadores de la inclusión social de mayor importancia.
Por otra parte, la economía sin peso ha destruido a la antigua clase trabajadora y ha generado el declive de la industria manufacturera producto del impacto de la tecnología de la información en los procesos de producción.
El tercer gran cambio es la influencia decreciente de la tradición, las costumbres y los hábitos en nuestras vidas. Este fenómeno es explicado como el dilema del individualismo, sobre lo cual se arguye que un componente esencial de la socialdemocracia clásica fue la solidaridad social y el colectivismo. Según Giddens, a partir de los años sesenta este componente se ha venido abajo, pues las sociedades se han vuelto más pluralistas culturalmente, dando como resultado una proliferación de diversos estilos de vida.
El mismo autor propone un nuevo individualismo, llamado “institucionalizado” que se asocia a la búsqueda de nuevos medios de conseguir la solidaridad social, dado que actualmente “la cohesión social no puede garantizarse mediante la acción vertical del Estado ni mediante el apego a la tradición”, estos medios están relacionados con el equilibrio, postulado desde la Tercera Vía, entre responsabilidades individuales y colectivas.

LA  VÍA DE EDGAR MORÍN
Llevado por el deseo de encontrar caminos para salir de esta crisis, he leído La Vía. Para el futuro de la humanidad de Edgar Morin. Buscaba soluciones que no fueran meros parches. Creía que la crisis no es solamente económica, sino de ámbito mucho más amplio, una crisis de valores que exige reformas más profundas y generalizadas. Y he encontrado en este ensayo de Edgar Morin -a pesar de algunos planteamientos discutibles- una clarividente guía de hacia dónde debemos encaminar nuestro futuro.
El libro está plagado de frases certeras y contundentes que en más de una ocasión me han hecho pensar “eso es lo que quería decir yo”. He aquí una pequeña muestra a modo de aperitivo:
“La clase política se contenta con informes de expertos, estadísticas y sondeos. Ya no tiene un pensamiento. Ya no tiene cultura [...] Ignora las ciencias humanas. Ignora los métodos que serían aptos para concebir y tratar la complejidad del mundo…” (pág 44).
“El déficit de alimentación que sufren ochocientos millones de personas en el mundo depende, sin duda alguna, de la especulación, la corrupción, la destrucción de los cultivos de subsistencia y la sobrealimentación de los países ricos” (pág. 68).
“De forma general, se trata de reencajar la economía en lo social, lo cultural y lo humano, lo cual significa, fundamentalmente, volver a colocar la economía en el lugar que le corresponde como medio y no como fin último de la actividad humana” (pág. 118).
“… la evolución del capitalismo desde 1990, y la incapacidad de los partidos de izquierda y los sindicatos para ponerle freno, han conducido a una nueva explotación basada en criterios de rentabilidad, de productividad, de rendimiento, de competividad…” (pág 237).
Pero el ensayo es mucho más que esto.

EL DIAGNÓSTICO

Comienza con una introducción general en que Morin señala el objetivo del libro y hace un primer diagnóstico de la situación. Compara el devenir de nuestro planeta con una nave movida por cuatro motores incontrolados: ciencia, técnica, economía y afán de lucro. Por esto, la nave tendría una altísima probabilidad de sufrir catástrofes. De ahí que el objetivo del libro sea enunciar la vía que puede salvar a la humanidad. Porque ya no sería suficiente condenunciar o indignarse.
En su lúcido diagnóstico, Morin habla de “policrisis”. Evidentemente, hay crisis económica, debido a la ausencia de verdaderos dispositivos de regulación y a la especulación del capitalismo financiero más que al endeudamiento de la población. Hay crisis de crecimiento, pues en nuestro mundo finito no es posible un crecimiento exponencial: “La idea fija de crecimiento debería sustituirse por un concepto complejo que comportase crecimientos, decrecimientos y estabilizaciones diversas” (pág. 25). Hay crisis ecológica, por la degradación creciente de la biosfera. Menciona también Morin la crisis de civilización occidental, con su intoxicación consumista, la sobrecarga de actividades, el malestar psíquico y moral, las desigualdades, el individualismo… Y, por supuesto, hay una crisis política generalizada; en primer lugar, por la inexistencia de autoridades legítimas dotadas de poder de decisón a nivel mundial, algo imprescindible para tratar los problemas globales de nuestra nave espacial Tierra; y después, por la incapacidad de la política de controlar la economía.

LAS REFORMAS

Tras esta introducción, Morin pasa a analizar los aspectos más problemáticos de la realidad y propone, para cada uno, una lista de reformas. En ocasiones concreta con detalle esas propuestas reformistas y otras veces apunta nada más el camino que deberíamos transitar. He aquí un intento de nombrar lo más significativo.
Insiste en ideas como la comunidad de destino de la Humanidad, que nos llevaría al concepto de Tierra-Patria, a ser ciudadanos del mundo sin tener que renunciar -explica Morin- a las patrias particulares, pero con instituciones supranacionales dotadas de poderes efectivos para prevenir guerras, para establecer normas ecológicas y económicas, para luchar contra las desigualdades, para regular los flujos migratorios… Insiste también en que en nuestra civilización restauremos las redes de asistencia y solidaridad perdidas, tan presentes en sociedades del Sur, porque el Estado del Bienestar es indispensable pero no suficiente. Defiende la simbiosis entre lo mejor de la civilización occidental y las aportaciones extremadamente ricas de las demás civilizaciones. Defiende una política ecológica basada en las energías renovables, en tansportes menos contaminantes; peatonalización de las ciudades, desarrollo de las agriculturas tradicionales y biológicas. Trata del problema del agua, de la necesidad de asegurar su calidad y el abastecimiento, para lo cual propone el control público de la misma y convertirla en derecho humano. En economía, propugna que el pensamiento político abandone el economicismo actual, y con él la idea del crecimiento sostenible, y propone hasta diecisiete reformas: medidas de regulación, fomento de economías de proximidad, desarrollo de mutuas y cooperativas, microcréditos, comercio justo, bancos solidarios; reforma de la empresa, en las relaciones entre las personas que la componen y por la introducción de la dimensión ética en su quehacer diario… También explica cómo disminuir las desigualdades Norte-Sur, qué tenemos que tener en cuenta para intervenir en el Sur o, mejor dicho, intercambiar con ellos. Habla hasta de Medicina. Alaba los grandes avances de la medicina occidental, pero critica que relegue a las otras, que hagamos poco caso a las causas psíquicas de las enfermedades y, sobre todo, la hiperespecialización: es el médico generalista el que tendría que estar en la cúspide para tratar a la persona en su contexto, no a un determinado órgano. Propone la utilización de genéricos contra los precios prohibitivos, descentralización, fomento de la hospitalización a domicilio y, en general, una mayor humanización de la Medicina.
Dedica bastante espacio a analizar la agricultura y el mundo rural. Constata el éxodo hacia las ciudades y las desigualdades que ello produce -todo provocado por planes del FMI y el Banco Mundial. Denuncia la posible desaparición de la mitad rural de la humanidad y de sus saberes. Preconiza invertir hacia el campo los flujos migratorios con políticas de revitalización del mundo rural. Se muestra contrario a la agricultura industrializada por la cantidad de problemas que genera, entre ellos el del agua, así como al neocolonialismo agrario y a los biocarburantes. Defiende la regulación del mercado, el apoyo a los precios, las técnicas agrícolas ecológicamente eficientes, la propiedad comunitaria de la tierra, un menor consumo de carne, protecciones arancelarias para la soberanía alimentaria. En conclusión, “es posible reinventar una agricultura que garantice la calidad del agua, preserve la biodiversidad, combata la erosión y alimente el planeta en cantidad y en calidad a la vez” (pág. 215).
Y otras muchas ideas más, de diversos ámbitos: no renunciar a los “momentos de fiesta”, instaurar certificados de garantía de productos libres de toda explotación, aranceles para los países “esclavistas”, control sobre las multinacionales, fomento del comercio de proximidad…
Edgar Morin
Pero, para Morin, las reformas tienen que ir aún más allá. Habla también de reforma del pensamiento: “Nuestro modo de conocimiento no ha desarrollado suficientemente la aptitud para contextualizar la información e interpretarla en un conjunto que le dé sentido” (pág. 141); el hecho de que existan la alienación en el trabajo, el deterioro de la biosfera, las armas de destrucción masiva… sería la prueba de que no hemos construido un mundo racional y de que es necesaria una reforma del pensamiento. Junto a ello, sería imprescindible una reforma de la educación: “La enseñanza que parte de disciplinas separadas en lugar de alimentarse de ellas para tratar los grandes problemas mata la curiosidad natural de todas las conciencias juveniles” (pág. 148). Morin enseñaría “Ecología de la acción”, “Introducción a los problemas vitales”, “Iniciación a la contextualización”… Educaría para la era planetaria.
Y, para rematar su pirámide de reformas, Morin recalca que en su cúspide han de estar las“reformas de vida”, la columna sobre la que convergen las demás reformas en las civilizaciones occidentales. Está claro que el bienestar material no ha traído de por sí la “buena vida”, porque el verdadero bienestar no es posesión. Así pues, indicadores como el PIB no valen para medir el Bienestar. Tampoco el IDH, porque diplomas y ausencia de enfermedades son compatibles con el malestar. En definitiva, apela a que todos redefinamos nuestras verdaderas necesidades. Se trataría de conquistar un arte de vivir que nos llevara en la medida de lo posible a la paz interior, a la plenitud. Morin habla de regenerar nuestra relación con el cosmos, con la naturaleza, del necesario sentimiento de pertenencia a la Tierra-Patria, y también de compasión, fraternidad, perdón, amor, amistad, juego, sentido estético…
Reforma de vida, ética, de pensamiento, de educación, reformas de civilización y de políticas de la Humanidad. Todas son interdependientes, “sus progresos les permitirían dinamizarse mutuamente” , hasta regenerar el mundo humano. Nunca se habla en el libro de la necesidad de una revolución traumática o violenta para poner en marcha todo esto. Morin utiliza siempre palabras como “reforma” y “regeneración”, habla de lograr no la revolución, sino la metamorfosis. Afirma que “todo ha empezado a transformarse ya sin que nos hayamos dado cuenta. Hay millones de iniciativas que florecen en todas las partes del mundo”. Debemos trabajar -continúa- para relacionarlas y unirlas. Tampoco habla de utopía, la rechaza, hay que partir de un compromiso con la realidad para modificarla. Nos pide ánimo para luchar contra las dificultades, que provendrían de “estructuras institucionales y mentales esclerosadas” y de “enormes intereses económicos”. Y a pesar de que estas ideas no están inscritas aún en una gran pensamiento político de estructura planetaria, nos da otra pista de por dónde podemos continuar: “El talón de Aquiles del capitalismo, en una sociedad de consumo, es la conciencia y la organización de los consumidores”, por lo que podríamos crear “una fuerza política”, “asociaciones” o “ligas de consumidores”, que, con el arma del boicot a las compras, avanzara hacia la Vía.




miércoles, 5 de febrero de 2014

LA GLOBALIZACIÓN Y LA SOCIEDAD RED: LA VISIÓN DE LO GLOCAL.

LA GLOBALIZACIÓN Y LA SOCIEDAD RED: LA VISIÓN DE LO GLOCAL.

EL DESARROLLO DE LA GLOBALIZACIÓN Y LAS EXPANSIONES DE LAS DESIGUALDADES SOCIALES.

El mundo en que vivimos es global, sin embargo, también es asimétrico y desigual por lo
que la interdependencia no es entre iguales sino que ocurre en un contexto de dominación e,
incluso, explotación, donde unas sociedades imponen sus intereses a otras.
Por lo mismo, la globalización no tiene el mismo significado para todos los miembros
de la comunidad internacional. Hay ganadores y hay perdedores.
Globalización y desigualdades económicas
Con la llamada globalización de la economía, las desigualdades han aumentado
dentro de los países desarrollados y entre el Tercer y el Primer Mundo: según el
Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en el 1960, el 20 por
ciento más rico de la población mundial registraba ingresos 30 veces más elevados que el 20 por ciento más pobre

LAS DESIGUALDADES SOCIALES

El término desigualdad social se refiere a una situación socio-económica (no necesariamente vinculada con la apropiación o usurpación privada de bienes, recursos y recompensas), en un contexto de competencia y lucha.
La acción de dar un trato diferente a personas entre las que existen desigualdades sociales, se llama  discriminación.

Pobreza: es la principal consecuencia frente a la desigual distribución de los recursos. En los países menos desarrollados son las personas más pobres y los menos favorecidos de la sociedad los que pagan mayores impuestos en proporción con otros sectores de la sociedad.


Derecho a Sanidad: las condiciones sociales en las que la gente nace, vive y trabaja determinan directamente el nivel de Salud de la población, según la Organización Mundial de la Salud. En los países más pobres no todos tienen acceso al sistema sanitario ni a medicamentos.
Desnutrición: Este mal afecta a 146 millones de niños en el mundo. La falta de recursos económicos priva no sólo del alimento, sino también de la educación necesaria para alimentarse de forma correcta.

Inmigración: la mayoría de las personas que emigran lo hacen por motivos económicos, escapando de situaciones de hambre y miseria de países con una alta desigualdad social


LA GLOBALIZACIÓN NEOLIBERAL Y SUS CONSECUENCIAS EN EL BUEN VIVIR.

EL NUEVO ORDEN INTERNACIONAL Y LA GEOPOLÍTICA DEL PODER BASADA EN EL CONOCIMIENTO.


LA CRISIS SISTÉMICA DE LA CIVILIZACIÓN.



LA SOCIEDAD RED Y LA VISIÓN DE LO GLOCAL
LA SOCIEDAD RED

Manuel Castells ha contribuido a su mayor desarrollo y popularización de la sociedad red.
VISIÓN GLOCAL
Es mirar hacia al futuro y pensar en el impacto que provoca en la sociedad el avance científico y tecnológico, para así enfrentar los retos de esta era, de la información y el conocimiento.








LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO: RELACIONES DE PODER Y CULTURA CIUDADANA

LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO: RELACIONES DE PODER Y CULTURA CIUDADANA:

RELACIÓN ENTRE ESTADO Y SOCIEDAD





DEL ESTADO DE DERECHO AL ESTADO DE DERECHOS.
Durante la vigencia de la Constitución Política del Ecuador del año 1998, nuestro Estado soberano se encontraba consagrado como un estado de Derecho que se regía por el conjunto de leyes e instituciones regidas en torno a la Constitución, la misma que estuvo vigente por el tiempo de diez años para luego llegar a una Consulta Popular en el año 2008 y reformar la Constitución que en la actualidad concibe al Ecuador como Estado Constitucional de Derechos y Justicia social, el mismo que se inspira en los Convenios y tratados Internacionales de Derechos Humanos. Un estado de derecho es aquel en el que la ley es el instrumento preferente para guiar la conducta de los ciudadanos, en donde el derecho no requiera del auxilio de otras ciencias para su comprensión por lo tanto el Estado es el destinatario principal del derecho sea como estructura, sea como garante de las relaciones jurídicas de las personas. La ley cuando está vigente debe cumplirse prescribe el autor Ramiro Ávila Santamaría, cuando en sus frases expresa que "la ley cuando está vigente debe cumplirse, aun cuando se piense que el resultado en la realidad es una injusticia", operando en forma escrita el principio de legalidad.   

ENFOQUES CONTEMPORÁNEOS DE DEMOCRACIA



INSTITUCIONES Y ACTORES POLÍTICOS A NIVEL NACIONAL Y MUNDIAL.
La confianza permite a los individuos gozar de un buen nivel de predictibilidad y de controlabilidad de la realidad social. Teniendo un nivel de confianza suficiente permite al ciudadano intentar enfrentarse con el riesgo. Existen distintos tipos de confianza: confianza institucional o interpersonal; confianza generalizada o intra-grupos.
Al contrario, un contexto de desconfianza es propicio a generar procesos de fragmentación social. Nacen varios grupos de presión que emprenden prácticas de corrupción y poco a poco se vuelven mafias. Este proceso resulta creando mucha inequidad dentro de los mismos miembros de una sociedad. Finalmente, el fenómeno se vuelve un círculo vicioso: la misma inequidad producida por la desconfianza va a generar aún más desconfianza entre la gente. La asociatividad no fomenta el nivel de la confianza generalizada dentro de una sociedad; sino que al contrario lo fragiliza. Según el ponente, la ingeniería institucional de un Estado no puede aumentar el nivel de confianza.